Bill Cosby asegura que para poder encontrar el éxito, el deseo por alcanzarlo siempre debe ser mayor al miedo a fracasar. Esfuérzate y podrás estar en el lugar indicado y en el tiempo adecuado.
Todas las personas quieren alcanzar el éxito en los distintos ámbitos de su vida y aunque hay algunas que lo logran, a otras les es imposible a pesar del esfuerzo, trabajo y dedicación. No obstante, hay cinco estrategias que te permitirán potenciar tus posibilidades de ser una persona exitosa, según publica el portal Lifehack.com.
1. Positivismo. Ser positivo constituye una de las principales estrategias. Es más que una elección y te hará una persona proactiva lejos de convertirte en una persona que espera que las cosas simplemente sucedan. Ser positivo implica actuar. Es un hábito.
Con una actitud positiva y acciones que lo reflejen podrás estar abierta a cualquier oportunidad de éxito que se te presente. Además, ten en cuenta lo que decía Friedrich Nietzsche “lo que no te mata te fortalece”.
2. Paciencia. Es una de las cualidades fundamentales para abrazar el éxito. Tener paciencia es comprender que nada de lo que nos rodea se hizo en un día así como Roma no se construyó en un solo día.
Tu seguramente no habrás incorporado tus hábitos en una sola noche por lo que no pretendas hacerlo de la noche a la mañana y sin paciencia. Piensa que un artista, constructor o deportista ha cosechado sus logros, paso a paso, ladrillo tras ladrillo, día tras día.
3. Persistencia.Si eres persistente, nuevas ideas nacerán en ti de manera automática. Imagina un partido de tenis entre dos campeones, uno de ellos tiene paciencia y es persistente en su trabajo y hace buenos tiros en cada oportunidad por lo que probablemente le ganará al oponente.
4. Disciplina.La disciplina es la que acompaña tu plan, el curso de tus acciones, tu rutina mental y física.
La diferencia entre un sueño y un objetivo cumplido es que el segundo, a diferencia del primero, necesita de acción. Para tener disciplina, según plantean en el artículo es necesario dejar de lado el corazón y si te planteaste ir a gimnasia cuatro veces a la semana lo cumplas, más allá de que te sientas cansado.
5. Visualización. Con positivismo, paciencia, persistencia y disciplina tus pensamientos serán más poderosos y esto te permitirá tener la mente en calma y visualizar de mejor manera tu meta de manera de poder alcanzarla. Ten en cuenta que de no hacer tu ejercicio y no visualizar lo que quieres alcanzar generará pensamientos más débiles.
viernes, 24 de marzo de 2017
jueves, 16 de marzo de 2017
El sentido de la vida
Seguramente te has puesto a pensar más de una vez, ¿Cuál es el sentido de vivir?
Si bien se dice que todavía no existe una respuesta que satisfaga las exigencias de todos los seres humanos en relación a este asunto, podemos al menos encontrarle “el punto” a la vida y aprender a disfrutar de este maravilloso presente que recibimos a diario.
Para ello se han armado una serie de consultas o reflexiones. Gracias a estas preguntas, podremos reflexionar de forma más concreta sobre las razones por las cuales vivimos cada día.
En primer lugar, ¿Por qué o por quién estarías dispuesto a cualquier sufrimiento? Es decir, aquellas personas, cosas o ideales por los cuales no te importaría sacrificarte. Y eso no significa morir (porque estamos buscando el sentido de la vida), sino dejarlo todo, luchar de verdad, sin importar las consecuencias. Pueden ser tus hijos, tu familia, tu religión o tus ideologías.
La segunda pregunta que puedes responder para encontrarle el sentido a la vida es: ¿Cómo te imaginas dentro de cinco años?
Pensar en el futuro es una excelente manera de darnos cuenta de que vale la pena estar vivo. Además, solemos estar tan sumergidos en nuestros problemas actuales que no nos damos cuenta de que el futuro está allí, esperándonos. Recuerda que los hábitos que tienes hoy son los que decidirán tu mañana. Haz todo el esfuerzo posible e pregúntate qué será de ti dentro de cinco años. ¿Estarás trabajando en el mismo sitio? ¿Tu familia será más grande? ¿Dónde vivirás? ¿Habrás cumplido tus sueños? Si no sabes hacia donde te diriges, no llegarás nunca a destino.
En tercer lugar, es bueno que analices: ¿Qué harías si no sintieras miedo?
Ese sentimiento que nos paraliza y no nos permite avanzar es lo que nos aleja también de encontrarle sentido a la vida. Estar mucho tiempo en la llamada “zona de confort” (donde no estamos a gusto pero no hacemos nada para salir de ella) puede demostrar nuestro temor. Muchas personas no llegan a ser lo que hubieran deseado porque temen dar el gran salto. Imagina que nada malo puede ocurrirte, entonces, ¿Qué harías?
De la mano de esa consulta es que surge la cuarta pregunta: ¿Qué harías si tuvieras la confianza de no fracasar? Muchas personas no se animan a innovar o a emprender porque consideran que fallarán en su cometido. Ésto puede ser por el miedo, pero también por los prejuicios que se tenemos como sociedad.
Por ejemplo, si nuestra familia no ve con buenos ojos que seamos actores o músicos, seguro no tendremos la confianza suficiente como para triunfar y ser famosos. Si quieres realmente saber cuál es el sentido de la vida, entonces, es tiempo de que elimines la palabra “fracaso” de tu vocabulario o de tu diccionario mental.
¿Sabías que la razón de vivir puede ser también el punto donde se une tu pasión y lo que el mundo necesita? De esta premisa es que surge la quinta pregunta: ¿Cuáles son tus mayores talentos?
No es preciso ser médico o ir de voluntario a un pueblo a miles de kilómetros de tu casa, puedes hacer algo por tu barrio o tu comunidad. Desde plantar un árbol a limpiar los parques los fines de semana. Si te gusta cantar, haz feliz a los niños de un hospital; si el baile es lo tuyo, organiza un espectáculo para los ancianos que viven en un geriátrico.
Justamente en relación a ello, ¿Qué trabajo harías una y otra vez sin cansarte, aunque no recibieras una paga? Antes que nada, ya sabemos que se necesita el dinero para pagar la comida, la renta o la hipoteca. Esta pregunta, aclaramos que esto se refiere a las actividades que te encantan hacer y que no te importaría no ganar un sueldo al hacerlas. Por ejemplo, ayudar en un comedor infantil. Quizás no lo hagas a diario, sino una vez por semana. Pero si aún así te sientes satisfecho, no es un trabajo.
Si te llena de orgullo y te “completa” quiere decir que eres bueno en esta tarea. Tal vez sea tiempo de dejar de hacer horas extras en la oficina para ganar un dinerillo extra y empezar a disfrutar de las cosas buenas que tiene la vida, como la sonrisa de un niño o un “gracias” junto a un gran abrazo.
¡Empieza a vivir si quieres conocer el sentido de la vida! Y todas estas preguntas tendrán su respuesta.
Si bien se dice que todavía no existe una respuesta que satisfaga las exigencias de todos los seres humanos en relación a este asunto, podemos al menos encontrarle “el punto” a la vida y aprender a disfrutar de este maravilloso presente que recibimos a diario.
Para ello se han armado una serie de consultas o reflexiones. Gracias a estas preguntas, podremos reflexionar de forma más concreta sobre las razones por las cuales vivimos cada día.
En primer lugar, ¿Por qué o por quién estarías dispuesto a cualquier sufrimiento? Es decir, aquellas personas, cosas o ideales por los cuales no te importaría sacrificarte. Y eso no significa morir (porque estamos buscando el sentido de la vida), sino dejarlo todo, luchar de verdad, sin importar las consecuencias. Pueden ser tus hijos, tu familia, tu religión o tus ideologías.
La segunda pregunta que puedes responder para encontrarle el sentido a la vida es: ¿Cómo te imaginas dentro de cinco años?
Pensar en el futuro es una excelente manera de darnos cuenta de que vale la pena estar vivo. Además, solemos estar tan sumergidos en nuestros problemas actuales que no nos damos cuenta de que el futuro está allí, esperándonos. Recuerda que los hábitos que tienes hoy son los que decidirán tu mañana. Haz todo el esfuerzo posible e pregúntate qué será de ti dentro de cinco años. ¿Estarás trabajando en el mismo sitio? ¿Tu familia será más grande? ¿Dónde vivirás? ¿Habrás cumplido tus sueños? Si no sabes hacia donde te diriges, no llegarás nunca a destino.
En tercer lugar, es bueno que analices: ¿Qué harías si no sintieras miedo?
Ese sentimiento que nos paraliza y no nos permite avanzar es lo que nos aleja también de encontrarle sentido a la vida. Estar mucho tiempo en la llamada “zona de confort” (donde no estamos a gusto pero no hacemos nada para salir de ella) puede demostrar nuestro temor. Muchas personas no llegan a ser lo que hubieran deseado porque temen dar el gran salto. Imagina que nada malo puede ocurrirte, entonces, ¿Qué harías?
De la mano de esa consulta es que surge la cuarta pregunta: ¿Qué harías si tuvieras la confianza de no fracasar? Muchas personas no se animan a innovar o a emprender porque consideran que fallarán en su cometido. Ésto puede ser por el miedo, pero también por los prejuicios que se tenemos como sociedad.
Por ejemplo, si nuestra familia no ve con buenos ojos que seamos actores o músicos, seguro no tendremos la confianza suficiente como para triunfar y ser famosos. Si quieres realmente saber cuál es el sentido de la vida, entonces, es tiempo de que elimines la palabra “fracaso” de tu vocabulario o de tu diccionario mental.
¿Sabías que la razón de vivir puede ser también el punto donde se une tu pasión y lo que el mundo necesita? De esta premisa es que surge la quinta pregunta: ¿Cuáles son tus mayores talentos?
No es preciso ser médico o ir de voluntario a un pueblo a miles de kilómetros de tu casa, puedes hacer algo por tu barrio o tu comunidad. Desde plantar un árbol a limpiar los parques los fines de semana. Si te gusta cantar, haz feliz a los niños de un hospital; si el baile es lo tuyo, organiza un espectáculo para los ancianos que viven en un geriátrico.
Justamente en relación a ello, ¿Qué trabajo harías una y otra vez sin cansarte, aunque no recibieras una paga? Antes que nada, ya sabemos que se necesita el dinero para pagar la comida, la renta o la hipoteca. Esta pregunta, aclaramos que esto se refiere a las actividades que te encantan hacer y que no te importaría no ganar un sueldo al hacerlas. Por ejemplo, ayudar en un comedor infantil. Quizás no lo hagas a diario, sino una vez por semana. Pero si aún así te sientes satisfecho, no es un trabajo.
Si te llena de orgullo y te “completa” quiere decir que eres bueno en esta tarea. Tal vez sea tiempo de dejar de hacer horas extras en la oficina para ganar un dinerillo extra y empezar a disfrutar de las cosas buenas que tiene la vida, como la sonrisa de un niño o un “gracias” junto a un gran abrazo.
¡Empieza a vivir si quieres conocer el sentido de la vida! Y todas estas preguntas tendrán su respuesta.
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