Para lograr esto necesitará hacer lo contrario al proceso de programación mental que típicamente recibimos durante años en la casa y en las escuelas, que causa tanta desmotivación y fracasos personales.
Existe la predisposición natural en las escuelas (y también en la mayoría de los hogares) a concentrarse en llamar la atención sobre los mínimos errores/debilidades de los alumnos (hijos/as), en lugar de reconocer las cosas que mayoritariamente se han hecho bien.
Hacemos crecer aquellas cosas en las cuales concentramos nuestro tiempo y atención.
Con el tiempo la crítica crea una cultura de miedo al fracaso/error; y ese miedo impide que las personas desarrollen su motivación y potencial para hacer cosas más grandes.
"Al concentrarnos en nuestras debilidades dejamos de desarrollar nuestras fortalezas."
La buena noticia es que al concentrarnos en las fortalezas o las cosas que se hacen bien, las mismas se desarrollan y la gente se motiva a alcanzar cada vez mayores logros.
Este proceso de comunicación se debe dar de arriba hacia abajo enfocándose en lo que cada persona hace bien.
Un líder efectivo considerará el siguiente proceso recomendado por John Hersey, autor de “Liderazgo contagioso”, para ayudar a sus empleados a ser mejores:
1. Identifique las fortalezas individuales de cada persona No solamente sus habilidades técnicas, sino fundamentalmente sus habilidades conductuales). Converse, pregunte y/o realice encuestas para conocer/identificar las fortalezas de cada uno de sus colaboradores.
2. Converse con sus colaboradores y haga que sepan que usted sabe de esas fortalezas. Anímelos a que luchen por conservar y potenciar aún más sus fortalezas. Aumente su confianza/motivación acostumbrándolos a oír cosas positivas de ellos.
3. Haga a cada persona responsable de los resultados de usar sus propias fortalezas. Dígales en que son buenos, los estándares de desempeño que se esperan y motívelos a alcanzar su máximo potencial.
Auténticos líderes motivan a sus colaboradores a buscar la grandeza.
Se esfuerzan por crear una cultura donde cada persona busca dar lo máximo de sí misma y lo hace con entusiasmo. Crean un ambiente donde el talento y motivación por alcanzar logros infecta a toda la organización.
Una de las responsabilidades fundamentales de todo líder es hacer, enseñar y motivar a hacer bien lo fundamental. Hágalo.
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